Introducción:
El alcoholismo, a diferencia del simple consumo excesivo o
irresponsable de alcohol, ha sido considerado en el pasado un síntoma de estrés
social o psicológico, o un comportamiento
inadaptado. El alcoholismo ha pasado a ser definido recientemente, y
quizá de forma más acertada, como una enfermedad compleja, con todas sus
consecuencias. Se desarrolla a lo largo de años, los primeros síntomas, muy
sutiles, incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que
influye poderosamente en la elección por parte del enfermo de sus amistades o
actividades. El alcohol se está considerando cada vez más como una droga que
modifica el estado de ánimo, y menos como una parte de la alimentación, una
costumbre social o un rito religioso. Se caracteriza por una dependencia
emocional y a veces orgánica del alcohol, y produce un daño cerebral progresivo
y finalmente la muerte.(1-3).
Según la OMS “son
alcohólicos aquellos que beben en exceso y cuya dependencia ha alcanzado un
grado tal, que determina la aparición de visibles perturbaciones
interpersonales, físicas y del inadecuado funcionamiento social y
económico.”(2-4)
El alcohólico se
caracteriza por depender del alcohol, tanto física como psíquicamente, y la
incapacidad de detenerse o abstenerse. La falta de la bebida provoca síntomas
de abstinencia.(5).
Es importante
diferenciar entre una intoxicación aguda (embriaguez) y el alcoholismo como
dependencia del alcohol. Un período aislado de embriaguez no hace a un sujeto
alcohólico.
Ordinariamente,
el consumidor fuerte de alcohol "aguanta más" (tolera) que la persona
que no acostumbra a beber. En ésta aparecerá más rápida y fácilmente la
borrachera. Pero también se da el caso de alcohólicos en grados avanzados que
con una cantidad reducida de alcohol manifiestan signos de embriaguez.(6,7).
A pesar de que el
alcoholismo afecta mayormente a los adultos, su consumo en los adolescentes es
cada vez más preocupante.
Los objetivos del presente trabajo son:
1. Determinar la
prevalencia del consumo de alcohol en un grupo de jóvenes estudiantes teniendo
en cuenta el sexo y la edad de comienzo del consumo.
2. Reconocer el
tipo de bebida que consumen con mayor frecuencia.
3. Identificar
aquellos jóvenes que llegaron a la ebriedad.
4. Establecer si
los jóvenes conocen los efectos nocivos del alcohol para el organismo.
5. Determinar la
relación entre el consumo de cigarrillos y la ingesta de alcohol.